Si por algo se caracteriza un famoso de la farándula es por vincular líneas de productos a su nombre, convirtiendo éste en una marca por encima de los rasgos definitorios de la personalidad del cantante, actor o modelo. Ejemplos tenemos muchos, pero casi todos proceden del mundo de los ocho milímetros y de la canción.
Antonio Banderas demostró estas pasadas navidades que su fragancia sigue pegando fuerte en la pequeña pantalla, pero otras artistas más frívolas como Lady Gaga se desmarcó no hace mucho apostando por un perfume inspirado en el olor del semen. Famosos o no, con dinero se pueden hacer apuestas del perfil de la dicha cantante, bandera del pop del siglo XXI, aunque desconocemos hasta qué punto el fenómeno fan tendrá simpatía por fragancias como las que propone.
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